Se emplean por tiempos cortos y cuando su contrato termina, simplemente se van a otra ciudad y se vuelven a colocar. Van de un lugar a otro hasta que mueren por enfermedades provocadas por la radiactividad, como el cáncer en los huesos.
En Japón, los niveles permitidos de exposición para una persona son 50 milisievert en un año, mientras que en la UE son 100 milisiervet en cinco años.
Para violar la ley los gitanos radiactivos utilizan documentos falsos para contratarse en diferentes empresas. Se dice que la mafia japonesa se encarga de localizar indigentes y contratarlos en este infrahumano trabajo.
¿Realmente es tan fácil romper las reglas de un país como Japón en un asunto tan delicado como la radiactividad?
¿La tecnología es la culpable que existan los gitanos radiactivos?
En la siguiente semana veremos cuanta radiación hay en tu casa, los números son sorprendentes.
Fuente Global y revista MI
Parece que la sociedad necesita de quienes limpien la mierda de la mayoría o quizá no pensamos que podríamos ser ellos.
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