Ya bien puedes usar herramientas automáticas y especializadas como plagtrakrer o small-seo-tools o incluso el buscador de Google para identificar cuando un autor pretende que párrafos son de su inspiración.
El plagio de reportes académicos puede ir desde robar la autoría de una obra completa a copiar una oración; incluso se considera plagio si copias el párrafo y le haces cambios—reescribir adjetivos, sinónimos, etc—. También es considerado plagio si copias varias citas bibliográficas de un documento. Más aún, cuando haces este proceso de una de tus obras, se le llama auto-plagio.
Así, para no hacer plagio, debes entender muy bien el material, para escribirlo con tus palabras, hacerlo de memoria, presentando tus propias conclusiones y no imitar la estructura de otro autor. Entonces se supondría que cuando vas a escribir un texto, debes tener tu hoja en blanco y olvidarte de cualquier proceso de copiar-pegar tan usando en las computadoras.
Tanto en temas de educación como de investigación el plagio es un problema mayúsculo. Algunos estudios (utilizando CrossCheck) afirman que entre el 6% al 23% de artículos científicos son plagiados, autoplagiados o con datos duplicados [1].
Más aún, las personas que no tienen al inglés como lengua nativa son más susceptibles a caer en la tentación del plagio. Pues por miedo a escribir mal en ingles, copia-pegan textos.
Así que en estos tiempos de Internet y bases de datos cruzadas, lo mejor es evitar cualquier sospecha de plagio, aprender a redactar correctamente y escribir los textos desde cero.
Referencias
No hay comentarios.:
Publicar un comentario