Tesla: Genio e ingenuo, que en la ciencia hay mezquinos.

Esta es la historia de Tesla un talentoso ingeniero, pero que en al menos cuatro veces sufrió engaños y robo de sus trabajos. Esta historia es para aprender de cuidarse de los chacales que siempre asechan. Porque los científicos también somos humanos y sufrimos las mismas felicidades y desventuras que el resto de los mortales.

En 1833 un joven científico serbio llamado Nikola Tesla trabajaba para la división europea de Continental Edison Company. Como era un brillante inventor, Charles Batchelor, jefe de planta y amigo personal de Edison, le persuadió para que probara fortuna en los Estados Unidos y le dio una carta de presentación para el mismo Edison. Así fue con comenzó a trabajar Tesla una vida llena de problemas y tribulaciones, que perduró hasta su muerte.

Cuando Tesla se presentó ante Edison, en Nueva York, el célebre inventor lo contrató de inmediato. Tesla trabajaba dieciocho horas por día para encontrar diversas maneras de mejorar los primitivos generadores de Edison. Por fin, propuso rediseñarlos por completo. A Edision el trabajo le parecía una tarea monumental que podía insumir años, durante los cuales no habría rentabilidad, pero le dijo a Tesla: “Hay cincuenta mil dólares para usted… si es que puede hacerlo”. Tesla trabajo día y noche en el proyecto y al cabo de sólo un año produjo una versión muy mejorada del generador, con controles automáticos. Se presento ante Edison para darle la buena noticia y cobrar sus 50,000 dólares. Edision quedó muy satisfecho con la mejora, por la cual su empresa se llevaría los laureles, pero en cuanto surgió el tema del dinero le dijo al joven serbio: “! Tesla, usted no entiende nuestro humor estadounidense!”, y sólo le concedió un pequeño aumento de salario.

Posteriormente, Tesla se obsesiono por crear un sistema eléctrico de corriente alterna (CA). Edison, creía firmemente en el sistema de corriente continua (CC), no sólo se negó a apoyar las investigaciones de Tesla, sino que más adelante, hizo todo lo posible para sabotearlo. Tesla se dirigió al gran magnate de Pittsburg, George Westinghouse, quien había formado su propia compañía de electricidad. Westinghouse financió en su totalidad la investigación de Tesla y le ofreció un generoso acuerdo de regalías sobre ganancias futuras. El sistema CA desarrollado por Tesla sigue siendo el estándar en la actualidad, pero después de que las patentes fueron registradas a su nombre, aparecieron otros científicos para adjudicarse el invento, afirmando que habían hecho los trabajos básicos de Tesla. Su nombre se perdió en medio de la disputa, y el público terminó asociando el invento con Westinghouse.

Un tiempo después, la empresa de Westinghouse fue adquirida por J. Pierpong Morgan, quien le hizo rescindir el generoso contrato de regalías que había firmado con Tesla. Westinghouse explicó al científico que la empresa no podría sobrevivir si tenía que pagarle la totalidad de sus regalías, y persuadió a Tesla de que aceptara la adquisición de sus patentes por 216,000 dólares, sin duda una suma muy importante en aquel tiempo, pero mucho menor que los 12 millones de dólares que valían. Los financistas habían quitado a Tesla su dinero, sus patentes, y sobre todo el mérito del mayor invento de su carrera.

El nombre de Guillermo Marconi se halla vinculado siempre con la invención de la radio. Sin embargo, pocos saben que al producir este invento, Marconi utilizó una patente de Tesla de 1897, y que el trabajo de Marconi dependía del de Tesla. Una vez más, Tesla no recibió ni un centavo, ni reconocimiento alguno.

Ya para 1917, tesla vivía en la total pobreza, y para entonceds se le informó a Tesla que recibiría la Medalla Edison del Instituto Estadounidense de Ingenieros Eléctricos, (IEEE). Tesla en un acto de dignidad, rechazo la medalla; sin embargo, de acuerdo a la página web de IEEE, aparece el nombre de Tesla.

Muchos albergan la ilusión que en la ciencia, al manejarse por hechos, está más allá de las mezquindades que afligen al resto del mundo. Tesla era uno de esos ilusos. Creía que la ciencia no tiene nada que ver con la política, y al principio no le importaba ni la fama ni la riqueza. Esta actitud hizo que su nombre se perdiera, no atraía inversiones que financiaran sus múltiples ideas. Mientras pensaba grandes inventos para el futuro, otros le robaban las patentes que ya había desarrollado y cosechaban los meritos de sus inventos.

Esta nota la escribo en respuesta al articulo "Cómo disfrazarse de investigador exitoso " (Peridoico universal, ene09), donde Miguel Ángel Barrón Meza se queja amargamente de ciertos cotos de poder en la ciencia. El problema que denuncia, lo padecen todas las personas, de todas las profesiones, de todos los tiempos: la mezquindad del hombre.

No lloren, No lloren. Tal vez hay algo que rescatar y aprender del pobre de Tesla para que no nos suceda y evitar ser parte de nuestro recuento de los enemigos de la ciencia.

¿Te han robado una idea?

¿Cómo te la han robado?

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1 comentario:

  1. Anónimo5:38 p.m.

    Edison, sinceramente era un pirata. y es que no es la primera vez que leo sobre sus chanchullos. Cada vez tengo peor opinión suya como persona.

    ResponderBorrar

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