Laurie Santos y cuates de la Universidad de Yale estudian la psicología y micro-economía en primates. Ellos enseñan a monos capuchino una forma de economía: intercambio de fichas por golosinas. En su investigación ha encontrado que los monitos muestran la misma irracionalidad humana en el manejo del dinero:
1) Los simios pueden robar, tanto a otros simios o a los investigadores. Resultado esperable, pues conocemos muchas historias de simios ladrones y hasta adictos a bebidas alcohólicas.
2) Los capuchinos pueden prostituirse. En el libro Super-Freakeconimics de S. Levitt y S. Dubner comentan que uno de los simios le entrego una moneda a una hembra capuchina, después tuvieron relaciones sexuales (por 8 segundos), al final, ella cambio su moneda por una golosina. La cadena de hechos es lo sorprendente, los capuchinos suelen ser muy comelones y muy activos sexualmente, el punto es este: ¿un simio paga por un servicio que usualmente es gratis en la naturaleza???
3) Los simios gustan por hacer transacciones de alto riesgo (como los humanos). Dependiendo del incentivo inicial los monitos pueden arriesgarse económicamente por obtener una ganancia de poca probabilidad. Este último lo explica a detalle L. Santos en el siguiente video de TED (puedes activar los subtitulos).
Desde hace muchos siglos, los humanos hacemos experimentos controlados para manipular a la naturaleza, descubrir algo nuevo y beneficiarnos. En este caso descubrimos que compartimos la misma debilidad en la toma de decisiones.
Las preguntas que me saltaron durante esta charla fueron:
1)¿Pueden los animales tener una economía más compleja?
2)¿Qué tan inherentes a nuestra evolución es el manejo de nuestro dinero?,
3)¿La toma de decisiones riesgosas esta intrínseco a nuestro genes?
A mí la pregunta que me asalta es qué tanto más evolucionados que los monos somos realmente!
ResponderBorrarAhí va la cacareada superioridad de la especie ;)