El maestro de cerámica anunció que dividiría a su clase en dos grupos. Todos los que estaban del lado izquierdo del estudio serían calificados según la cantidad de trabajo que produjeran y los del lado derecho serían calificados solo por la calidad de su trabajo.La única forma de avanzar es adquiriendo experiencia. Para ello se debe tener tesón aun en el fracaso. Esa es la importancia de la experimentación: aprender sistemáticamente.
Su procedimiento era simple: el último día de clases computaría el peso del trabajo del grupo de la ¨cantidad¨: 50 libras de vasijas se calificarían como A, 40 libras como B y así sucesivamente. Aquellos que serían calificados por la "calidad¨ solo necesitaban producir una vasija para tener una A, pero debía ser una vasija perfecta.
Bueno, cuando llegó el momento de la calificación ocurrió un hecho curioso: ¡los trabajos de mejor calidad fueron todos producidos por el grupo que había sido calificado por la cantidad!
Parece que mientras el grupo de la ¨cantidad¨ producía vasijas a lo loco y aprendía de sus errores, el grupo de la ¨calidad¨ había dedicado su tiempo a teorizar sobre la perfección y, finalmente, para dar cuenta de sus esfuerzos, no tenían más que grandiosas teorías y un montón de barro muerto.
Preguntas para pensar
¿Se puede hacer este experimento en una clase de física o matemáticas?
Recuerdo que realizaba muchos ejercicios álgebra para dominar mi primer curso en la preparatoria. ¿Es este un buen ejemplo?
En muchos programas universitarios de física se pide que se haga una sola práctica por semestre. ¿Cómo se contrastarían los resultados frente a los que hacen muchas prácticas?
Enlaces de interés.
Comparación de una clase de física en 1855 y otra clase de física en 2007.
Una entrada muy interesante.
ResponderBorrarRespecto a tu pregunta, en una clase de física quizá podría hacerse, en función de las hipótesis escogidas o de la precisión del resultado, pero en una clase de matemáticas veo difícil establecer el baremo de calidad, o está bien o está mal.
Teorizar sobre la perfección es necesario, no se puede resolver un problema sin analizarlo previamente pero, una vez analizado, es la práctica la que hace al maestro.
Siempre habrá gente inteligente capaz de resolver los problemas de un vistazo, pero hacer muchos problemas, fracasar muchas veces y volver a intentarlo hasta resolverlos no sólo proporciona la práctica, también informa sobre qué planteamientos pueden o no seguirse a lo largo del proceso de resolución, y eso no tiene precio. La definición de experto como "aquel que ha cometido todos los errores posibles en su campo de actuación" se basa justamente en eso, ya los ha cometido y ya sabe lo que debe y no debe hacerse.
Un saludo.
Muy buena historia y un planteo muy cierto a la par de interesante.
ResponderBorrarAunque supongo que sin perder validez en ningún campo, es especialmente cierto en aquellas actividades que no son ciencias exactas, al menos en lo que es resolución de problemas en papel. Si de experimentación se trata, ahí el tema cambia, ya que entran a jugar factores como la precisión en las mediciones, cantidades, temperaturas, tiempos, pericia al manejar los equipos, etc, actividades o habilidades que se van afinando con la práctica.